« Por último, señora presidenta: Con profunda pena comunicamos el fallecimiento, el 25 de noviembre pasado, de Simón, “el guajolote presidencial”, como se le conoció popularmente. El mismo que le regalaron al presidente Andrés Manuel López Obrador en una de sus giras a Oaxaca. Fue él quien autorizó se trasladara, para vivir protegido hasta su muerte natural, al Santuario Sikarú.
Lo recordaremos como un SÍMBOLO de lo que se construyó en este espacio de La Mañanera. Entré aquí el 23 de diciembre de 2020 para salvar la vida de Simón, el guajolote. Cuatro años después, salí con una Reforma Constitucional en Materia de Bienestar, Protección y Cuidado Animal. Este lapso coincide precisamente con el tiempo de vida y libertad de Simón en el Santuario. Su historia se entretejerá, con certeza, en el realismo mágico.
Nos consuela el hecho de que este animal no fue víctima de un matarife por gula. Lo mató un animal cuyo hábitat hemos invadido los humanos. Por hambre, este animal feral traspasó los límites de seguridad.
Permítame obsequiarle señora presidenta, una tarjeta de Navidad. Un mensaje de amor y de paz que, año con año, compartíamos con nuestros amigos y con la gente que siempre estaba pendiente del guajolote presidencial. Es una foto de Simón, siempre posando, SOBERBIO y empoderado, pleno y rodeado de nochebuenas. » Elideth Fernández, diciembre 2025. (1)
Su historia se entretejerá con el realismo mágico:
« El guajolote presidencial » cumplió su encomienda (incluir a los animales en la Constitución de México) y partió de madrugada, sin decir adiós. Aún se percibe su gluglutear cuando amanece en el santuario. Se han esparcido semillas sobre la tierra que lo cobija: florecerá y platicará con el colibrí.
REPERCUSIÓN MEDIÁTICA:
Makalakesh https://www.facebook.com/watch/?v=1296024001636125
OTRAS NOTAS RELACIONADAS:
(1) Versión estenográfica de la presidencia:
Comentarios recientes