Para la Dip. Leticia Varela
« La izquierda se divide por ideas; la derecha, se juntan por intereses » José Mújica en el Senado de México. Diciembre de 2016.
Sucedió este tres de diciembre de 2019, frente al Congreso de la Ciudad de México; por un lado se dieron cita algunos animalistas, apoyando la iniciativa de Reforma de la ley de Protección Animal vigente en la Ciudad de México, presentada por la Dip. Leticia Varela, y por otra parte animalistas enarbolando la bandera de un partido político y peleándose los escalones del Congreso para tapizarlos con su logo, realmente lamentable. Es tiempo de divisar más alto e ir dejando atrás todo lo que daña la imagen de uno de los movimientos más importantes de este siglo: el Movimiento por los Derechos de los Animales.
El Movimiento por los Derechos de los Animales debe ser apartidista mientras no cuente con su propio partido político, que esperamos, en un futuro próximo sea una realidad como en sus inicios comenzó PACMA, el partido español que trabaja por los derechos de los animales, la defensa del medio ambiente y la justicia social.
Paralelamente, se dieron cita aquellos que viven explotando a los animales, algunos veterinarios, santeros, capturadores y expendedores de aves cantoras y de ornato, taurinos, galleros, criadores, mercaderes de vidas… mismos que se unieron en gritos descomunales a favor de los intereses que los unen, todos revueltos, sin dignidad de nadie. Gritaban « a las vacas viejas, ni el perro las quiere, cuiden a sus hijos, no estén acá en el chisme » (tal era el nivel de su protesta) contra las jóvenes de la Ley Olimpia que se encontraban en las escalinatas del Congreso, en su propia lucha, antes incluso de la llegada de estos grupos; luchadoras sociales que sin reparo se solidarizaron pacíficamente con la lucha animalista. Los movimientos colectivos por la justicia, sin duda, se abrazan. No obstante, las activistas tuvieron que ser desalojadas por temor a una agresión más seria de estos manifestantes contra ellas, ya que previamente hubo quien, con todo lujo de violencia, arrancó de las manos a una activista un cartel en pro de los animales.
El escenario era vergonzoso para la imagen de los grandes (que sí los hay) y honestos veterinarios que prometieron respetar su profesión como si fuera un juramento hipocrático, como los médicos de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal, AVATMA de España, quienes promueven la investigación y el análisis científico, mismos que han dignificado su profesión a nivel internacional. Sin embargo, a veces pagan justos por pecadores.
Insistimos, es una pena que se haya revuelto la imagen de todo el gremio veterinario entre la inmundicia de los que lucran y matan sin misericordia en una corrida de toros; con los que les amarran navajas a los gallos en las patas y los azuzan para que se maten entre sí y acaben en una masa sanguinolenta, a la vez apostando grandes cantidades de dinero, incluso el propio presupuesto familiar, tanto en palenques como en los traspatios; con los que capturan y encierran de por vida a las aves dotadas de alas por la naturaleza para ser libres; con los santeros que despedazan al animal con instrumentos vetustos, provocándoles un dolor inimaginable; con los del Mercado de Sonora y otros mercados, tristemente célebres, entre otras cosas, por tirar a los contenedores de basura a las crías enfermas de perros, gatos y demás animales, mismos que mueren retorciéndose de hambre y de frío lentamente porque financieramente no conviene ni siquiera eutanasiarlos y que, además, tienen secuestrada a la madre para que la ignorante o mal nacida gente compre a sus crías, tanto en tiendas de opulencia, como en la calle, mientras ella va dejando la vida confinada en un encierro pariendo a su hermosa nueva adquisición de cachorro. Todo lo antes expuesto con la justificación de que de suprimirse estas atrocidades se perderán empleos. Pero también se perderán si se combate el narcotráfico, el huachicol, la trata de personas y otras actividades que descomponen el tejido social, lo cual nos condena a girar en un círculo vicioso de violencia.
Es tiempo de sopesar las decisiones. Los empleos honestos pueden generarse, una persona adoctrinada en la violencia desde su infancia difícilmente puede regenerarse y en el círculo de su violencia el próximo inmolado puedes ser tú, víctima de sus conductas antisociales. Además, muchas de estas actividades, como la tauromaquia, ya no es económicamente rentable para nadie, sólo es un gusto personal por la carnicería y la sangre, fomentada y apadrinada por una tauromafia de sádicos que aún prevalece por su poder económico.
Penoso también es, que haya veterinarios que, sin haber leído siquiera la Reforma de la ley de Protección Animal, emitan juicios de valor sobre la misma, consecuencia de una moda actual en nuestro país que manipula a la gente sin disposición para conocer la verdad. Deplorables los que se sumaron a todos los explotadores de animales, fueran quienes fueran, físicamente o no, en esta manifestación, para salvaguardar sus propios intereses y los frutos amargos de su propia ignorancia, en lugar de exigir su legítimo derecho a intervenir en dicha reforma de ley de manera independiente, dignificando su profesión y no “llevándose entre las patas”, entre otras, a la prestigiada casa de estudios, la Universidad Autónoma Metropolitana, cuyo cartel sobresalía entre la turba enfurecida.
Medicina Veterinaria, una profesión con la que todos los niños sueñan cuando la empatía natural invade nuestra inocencia, los veterinarios deberían preguntarse de cara a sí mismos hasta donde fueron arrastrados y enlodados, porque en la manifestación del tres de diciembre se subieron todos al mismo barco de cochambre, cuyos capitanes afirmaban, estaban amparados por los médicos veterinarios sin distinción. Los presentes nunca negaron la acusación. Más aún, entre estos sobresalía el cuchicheo de preocupación de ser penalizados por una negligencia médica.
Es verdad se debió hacer un llamado incluyente al gremio veterinario consciente y ético, que para beneplácito de todos nosotros y los animales abundan también, a fin de que juntos plasmaran, entre muchos otros asuntos pendientes, una necesaria e impostergable ley que aborde la problemática de la reproducción desmedida, responsable de la proliferación y sufrimiento de millones de perros y gatos en las calles, y de las consecuencias terribles que esto implica, tanto en el plano de la salud como en el de la humanidad.
Ahora todo indica que así serán las cosas en las próximas mesas de trabajo, pero desafortunadamente se sumarán todos a los que ellos mismos defendieron cuando entró la Comitiva al Congreso. ¿Quién quiere dialogar con un taurino sobre las corridas de toros, o con un gallero? La violencia y la crueldad no se debaten. Es violencia y punto.
Sin embargo, confiamos en que los veterinarios en crecimiento que proliferan en nuestro entorno animalista, y de todas las disciplinas correspondientes, en un acto de reflexión analicen y se sumen a la propuesta de conversión de zoológicos en santuarios. En el Estado de Veracruz se aprobó dicha iniciativa en el año 2016, la cual reformó y adicionó diversas disposiciones de la ley de vida silvestre, impulsada por Movimiento Consciencia – Fundación Internacional por el Reconocimiento de la Consciencia y de los Derechos de los Animales, y que implica, además, una propuesta de pedagogía de avanzada por el bien común (1), siendo esta una medida que pueda ser instaurada en toda la República Mexicana y que no se empantane como la de Veracruz. No se trata de cerrar el lugar que ocupan ahora los zoológicos, sino de aprovechar su infraestructura y crear otros espacios, considerando con justicia a los individuos que conforman el mundo animal y que cohabitan necesariamente con nosotros. Se trata de los derechos de los animales, pero también de los derechos humanos al contribuir a una cultura de paz y respeto al prójimo.
Hay que mencionar que dichos líderes manipuladores de la manifestación, en uno de sus discursos, hicieron énfasis en la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que pretende poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo, afirmando de manera insidiosa que se va a generar más pobreza y menos salud y bienestar si se acabaran sus prácticas de explotación y crueldad. Lo que no saben ni se imaginan siquiera – o peor aún, lo que quieren refutar estos pobres seres adoctrinados en la violencia, es que sólo a través de la empatía, la equidad y la justica podrá cumplirse dicha agenda.
De todo este embrollo, y con todo respeto a todos los actores, la única persona que mostró integridad y dignidad en este caos plagado de mentiras y desaciertos fue la Dip. Leticia Varela. Declaramos toda nuestra admiración por su altura de miras, por su fortaleza, sus convicciones, su ecuanimidad y sus sueños que compartimos. Sabemos que no es fácil sentar las bases para que evolucionen las conciencias. Sin embargo, podemos estar seguros de que como legisladora está ejerciendo diversas acciones por el bienestar social en general, por el bien de todos, animales y humanos incluidos. Es más, incluidos aquellos mismos que la insultaron, desquiciados frente al Congreso de la Ciudad de México, faltando al respeto a su investidura: los explotadores, vividores y maltratadores de animales.
Por último, juzgue usted, lector, quién es quién por las imágenes y lo arriba citado, y de qué lado quiere estar.
#SíAlaLeyVarela
Solidaridad de las jóvenes que se encontraban en el Congreso para apoyar a la Ley Olympia y que se solidarizaron con el Movimiento Animalista, mismas que fueron agredidas por los manifestantes en contra de la #LeyVarela
Al pleno Congreso de la Ciudad de México le tomó un año aprobar, con 56 votos a favor, sancionar la divulgación -por cualquier medio- de fotos íntimas sin consentimiento de las personas, conocida como Ley Olimpia.
Criadores, capturadores, transportadores, expendedores de aves cantoras y de ornato.
Violando la ley los opositores a la Ley Varela. Artículo 25. Queda prohibido por cualquier motivo: I. La utilización de animales en protestas, marchas, plantones, concursos de televisión o en cualquier otro acto análogo, con excepción de aquellos utilizados por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.
Veterinarios de la Universidad Autónoma Metropolitana apoyando a taurinos, galleros y mercados de animales.
Los explotadores de animales se acompañaron de imágenes religiosas.
Manifestante del Mercado Nvo. San Lázaro
El gremio veterinario asistente apoyando a taurinos, galleros y mercados de animales.
Frenando a unos de los manifestantes violentos que trataba de arremeter contra la manifestación pacífica de los animalistas.
Legisladores de diversos partidos en la puerta del Congreso tratando de contener a la turba que exigía entrar al Recinto legislativo.
Mercado de Sonora, célebre, también, por los “amarres”, un ritual que está a punto de acabar con distintas especies de colibríes en México. « No es ningún secreto que el trabajo más solicitado en la parte posterior de la nave de Sonora dedicada al esoterismo y medicina tradicional es el amarre, ritual que varía según la persona que lo practica y tiene un único objetivo: conseguir que una persona se enamore de quien solicita el hechizo y mantener su interés. » https://culturacolectiva.com/historia/usan-colibries-para-amarres-mercado-de-sonora
Dentro del Recinto Legislativo, galleros y veterinarios por igual.
Así lució al final de la jornada el Recinto Legislativo de Donceles, después de explotadores y animalistas se vieron las caras nuevamente como en el año 2012(2).
AQUÍ PUEDES DESCARGAR LA « LEY VARELA »
REPERCUSIÓN MEDIÁTICA:
https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/que-es-la-ley-varela-y-quienes-sancionaria?utm_campaign=meetedgar&utm_medium=social&utm_source=meetedgar.com&fbclid=IwAR0ufYAfUt2tG1C4HtZCMXcIDPxya6yHT3JIaTvel7HNtE_M50mMokCqq_E
Otras publicaciones relacionadas:
http://movimientoconsciencia.com/2016/11/08/1869/
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