Por Elideth Fernández
¡Te esperamos con las alas abiertas! Así se escucharon fuertes y lejos las voces, de quienes apoyaron al Santuario de aves El Nido durante más de un año, después de haber sido clausurado, de tal suerte que los animales, a pesar de todo, sobrevivieron con buena salud, evitándose que fueran decomisados o donados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, PROFEPA. Hay que decirlo, estas personas no sólo salvaron animales, sino a individuos sensibles y conscientes que merecen vivir en paz, pero, también, a un pedazo de humanidad extraviada en la ceguera, el egoísmo y en la falta de empatía, una vasta capa social que los sigue viendo como mercancía: « … su manutención, que ha sido solventada por la generosidad de la gente debido a su cierre, como por el inminente riesgo que implicaría para ellos un cambio de depositario. ¿Hay seguimiento de las decenas de miles de ejemplares de vida silvestre que la Profepa ha dejado en custodia en zoológicos, falsos santuarios o unidades de manejo? La respuesta es no. » (1)
La creación de “El Nido” fue posible gracias a la exitosa labor que ha venido desempeñando por más de 50 años nuestra institución madre, llamada Vida Silvestre Jesús Estudillo López A.C., institución dedicada a la conservación de especies de aves y algunas otras en peligro de extinción.
Sin embargo, El Nido, en el transcurso de su larga vida, ha tenido claroscuros, en razón de sus diversas administraciones, pero en los últimos años ha sido, sin cuestionamientos, un espacio con valores educativos y ética científica, cimentado en la filosofía de Carolina y Juan Pablo Estudillo, herederos de este valioso legado e inmensa responsabilidad, que consiste en la custodia y en la protección de decenas de seres vivos. Ellos decidieron que los animales no están allí para su exhibición, sino para darnos una lección de vida; están ahí porque algunos fueron rescatados de la crueldad, algunos han estado en rehabilitación para poder ser integrados a su hábitat, otros que los que ya no podrán serlo, al menos procurarles una vida digna. Las convicciones y el no claudicar lograron, después de una ardua lucha, que se reabriera este espacio en Ixtapaluca, Estado de México.
Justo lo que no logró la ley en el Estado de Veracruz aprobada el 21 de enero de 2016, impulsada por el Movimiento Consciencia, consistente en la conversión de zoológicos en santuarios. Desafortunadamente, han pasado ocho años desde entonces y esta ley de Veracruz sigue siendo letra muerta, al no haber habido voluntad política ni siquiera para escucharnos.
¡Al diablo con sus leyes cuando hay una comunidad organizada que se une a través de un código moral ético! ¡Larga y feliz vida a los seres vivos que habitan en el Nido!
En lo particular, expreso mi agradecimiento al señor presidente Andrés Manuel López Obrador, que dio instrucciones de revisar de inmediato el caso, cuando supo de su situación, a la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, SEMARNAT, María Luisa Albores. En un esfuerzo conjunto de los que buscamos una transformación fue posible preponderar la vida de los animales por encima de la vida burocrática y de leyes aún deficientes.
En efecto, tristemente, « No faltan los oportunistas que utilizan estos emblemáticos y redituables animales como rehenes, aprovechando las leyes laxas y vacíos de información con fines perversos, políticos e ideológicos, tergiversan, manipulan y confunden a los ciudadanos de buena fe, incluso, a los propios activistas. »
GALERÍA:
REPERCUSIÓN MEDIÁTICA:
https://x.com/mexiquensetv/status/1769217244683194793?s=46&t=jg6acOS15ug41o8nzVFi9w
CITAS:
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